A pesar de las definiciones más o menos oficiales de la palabra Ritual o Rito, cada vez que oímos esta palabra de manera profana, de forma general evocamos rituales religiosos, sociales, laborales, de cortejo o de higiene entre otros muchos más.

La familiaridad con la que nos movemos entre los centenares de ritos que practicamos a lo largo nuestra vida consigue que perdamos de vista lo ritualístico que puede ser nuestro comportamiento. Los rituales que practiquemos a lo largo de nuestra trayectoria estarán directamente relacionados con nuestra educación, la religión que practiquemos, la sociedad en la que estemos integrados y la posición o cargo que ocupemos dentro de esta sociedad.

Tan ritualístico puede ser un saludo familiar o formal, como cualquier rito de iniciación a una religión concreta como el bautizo para los cristianos, o los pasos a la edad adulta que representa el Mat Mitzvãh para los judíos u otras ceremonias tribales, independientemente de que estén escritos a modo libro ritual o se transmitan oralmente como usos y costumbres.

Ritual
Ritual social

¿Pero qué es un Ritual, qué lo compone y qué pretende?

Podríamos aceptar como punto de partida que un ritual es un conjunto de actitudes o comportamientos seguidos en un orden concreto y normalmente fijo, compuesto de palabras, frases, gestos o símbolos, cuya finalidad es transmitir una idea o concepto.

La masonería, como sociedad iniciática por excelencia, no está exenta ni por asomo de rituales escritos, y de usos y costumbres transmitidos oralmente.

Sin ir más lejos, nuestra Constitución define nuestra Confederación dentro de un proceso de progresión iniciático, trabajando libremente en la búsqueda de la verdad en aras del Progreso de la Humanidad, mediante un método de trabajo concreto, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (R.·.E.·.A.·.A.·.) y no otro.

El origen del R.·. E.·. A.·. A.·. de forma muy resumida, se remonta a la creación de la Gran Logia de Londres en 1717 conocida ya como Logia Escocesa. En 1739 ante las reformas que se produjeron en la Gran Logia Unida de Inglaterra, que suprimió antiguas costumbres y ceremonias se crearon dos líneas ritualistas, los antiguos y los modernos o adoptados. Estos últimos siguieron con el Rito Escocés mientras los antiguos siguieron practicando el Rito Escocés Antiguo. Posteriormente con el reconocimiento de las Grandes Logias de Escocia e Irlanda, se añadió el “Aceptado” completando el nombre del ritual practicado como Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que ha llegado a nuestros días.

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Masones antiguos

Como masones, el uso del Ritual es fundamental como método de trabajo, pero sobre todo como método de aprendizaje. “Aquí todo es símbolo, busque y encontrará”, cuantas veces lo habremos repetido, pero ¿realmente lo hemos entendido e interiorizado?

Al enfrentarnos como masones al Ritual practicado, debemos plantearnos dos caras de la misma moneda.

La primera, cómo debemos ejecutarlo. Existe una parte escrita del Ritual que podemos aprender fácilmente, llegando a ejecutarlo con maestría a base de estudio, práctica y años. Evidentemente es una parte fundamental del conocimiento del Ritual que dará pie a que podamos empezar a ahondar en él. Además, una correcta ejecución del Ritual en cualquiera de las ceremonias que se contemplen construye, ordena, da cuerpo y ritmo a todos los trabajos en Tenida y su repetición constante forma parte de la formación, mediante su escucha y visualización, de Aprendices y Compañeros en su progresión iniciática hacia la Maestría.

La segunda cara que plantearnos en el uso de Ritual como método masónico, es la extracción de ideas y conocimientos transmitidos e inherentes al propio Ritual, su comprensión, interiorización y posterior aplicación de estos conocimientos en la mejora personal y por ende en el Progreso de la Humanidad.

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Transmisión conocimientos

Al lado del Ritual escrito, deambulan siempre un conjunto de usos y costumbres de transmisión oral propios de cada rito que forman parte importantísima del propio Ritual. Los límites de estos usos y costumbres son en algunos casos difusos y seguramente más difíciles en su aprendizaje, comprensión y uso. No obstante, son justamente estos usos y costumbres los que, por decirlo de alguna forma, ponen la guinda en el pastel del conjunto de ritos que conforman nuestro Ritual.

¿Acaso no forma parte del Ritual la forma que tenemos de saludarnos mediante el T.·.A.·.F.·. (Triple Abrazo Fraternal) fuera del tiempo Sagrado sin estar descrita en ningún documento? ¿No aceptamos al Maestro de Banquete o al Maestro de Armonía como parte fundamental del correcto funcionamiento de una Logia a pesar de que sus funciones no estén descritas en nuestros RR.·. GG.·.? ¿En algún lugar de nuestro Ritual escrito o en nuestros RR.·. GG.·. se describe la Sala Húmeda como lugar donde podemos extender los debates transcurridos dentro del Templo de una forma más relajada, dando la palabra a aquellos que carecen de ella en Tenida?

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Banquete masónico

Podríamos entre todos, seguir poniendo ejemplos de ritos no descritos de forma escrita y que hemos aceptado e interiorizado en el conjunto general del Ritual, normalizándolos de tal forma que como he comentado al principio de la plancha, perdamos de vista lo ritualístico que es en todos los aspectos, nuestro comportamiento en Logia, así como en la vida Profana.

Acabamos de participar en la Consagración de una nueva Obediencia, acabamos de recibir el R.·. E.·. A.·. A.·. en su versión más fidedigna, primitiva y exenta de abalorios, añadidos y florituras que a lo largo de los años y con el paso por diferentes Obediencias habían pervertido su esencia como Ritual. De nosotros y de nuestro trabajo interior con el Ritual dependerá nuestra progresión iniciática en Masonería y nuestra progresión personal, porque en definitiva la Masonería no es otra cosa.

Aquí todo es Símbolo, pregunte y se le responderá.

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