¿Qué es una logia?
Una logia no es más que una asamblea estable que, de mutuo acuerdo, establecen los masones para su trabajo masónico. La logia es el alma y la escuela de la Francmasonería. Ahí es donde se trabajan los rituales, donde se progresa en el camino masónico y donde se forjan los lazos de fraternidad entre hermanos. Una logia tiene para su funcionamiento un reglamento y distintos cargos, cuyos ocupantes son los encargados y responsables de hacer funcionar la logia en los aspectos vinculados a estos cargos. Así pues, una logia tendrá un presidente, unos vice-presidentes, un secretario, un tesorero, etc.
¿En qué consiste el trabajo masónico?
El trabajo masónico se efectúa durante las reuniones llamadas Tenidas, en un local llamado Taller o Templo. El trabajo se desarrolla siguiendo un método ritual y simbólico, cuyas raíces se encuentran en la tradición masónica universal.
Durante los trabajos, los miembros participan en el estudio de temas anuales, sociales y simbólicos, y todos ellos pueden, tras haber solicitado la palabra, expresar sus opiniones, con franqueza y medida, en total libertad y confianza. Se analizan todas las opiniones en un espíritu de tolerancia y fraternidad. La asistencia a los trabajos en logia es indispensable, dada la importancia de la vida comunitaria en las Tenidas.
Nadie puede devenir masón, en el sentido total de la palabra, si no asiste frecuentemente a las reuniones que periódicamente se llevan a cabo en los talleres, pues es en logia, gracias a la participación en los trabajos, a la reflexión y al intercambio, donde tiene lugar tal proceso. Todo ser humano, sea cual fuere el origen o su nivel de instrucción, es capaz de realizar este trabajo sobre sí mismo, trabajo de búsqueda y reflexión.
A través de un lenguaje común – el de los símbolos –, sobre la base de una cultura compartida – la de la tradición – y apoyándose sobre el ritual, los francmasones consiguen una plena capacidad de escuchar a otro, así como una calidad en el diálogo que favorece el intercambio de ideas y prepara el futuro.
¿Qué entienden los francmasones por fraternidad?
La fraternidad, como la entienden los francmasones, es el vínculo de paz y armonía que se establece entre todos ellos. Además, la fraternidad implica la obligación de ayuda mutua en caso de necesidad, con el claro límite del respeto a las leyes legítimas y a la ética.
¿Así pues no es cierto que un francmasón esté obligado a dar soporte siempre ni a procurar ascenso social o laboral de otros masones? Nunca, si ello supone infringir la ley o actuar de manera reñida con la ética.
¿Es la Francmasonería una secta?
En primer lugar, habría que definir qué es una secta, dado que es un término del que se suele abusar. Si el término hace referencia a su sentido original y neutral de subgrupo disidente dentro de una religión, la Francmasonería no es una secta, ya que no forma parte de ninguna religión, ni ella misma es una religión.
Si el término “secta” se utiliza en el sentido peyorativo de grupo religioso o no, con un fuerte liderazgo carismático, que somete y regula todos los aspectos de la vida de sus miembros, calificar la Masonería como secta es un ejercicio de cinismo doloso o de ignorancia culpable. En nuestro taller no puede existir ningún tipo de liderazgo totalitario ya que todas las decisiones se toman de manera absolutamente democrática y con total trasparencia para todos sus miembros y, por descontado, ni somete ni regula los aspectos de la vida de sus miembros, no más allá de sus principios éticos genéricos como la tolerancia, la honradez… Principios compartidos por toda sociedad democrática.
¿Es la Francmasonería una sociedad secreta?
Hablando de manera estricta, no lo es. La Francmasonería es una sociedad discreta. Esto es, el trabajo masónico se realiza principalmente entre sus miembros y dentro de sus talleres, por lo que su proyección exterior es poco notable. Su labor exterior se basa en la actuación de sus miembros, que aplican en sus ámbitos social y personal los valores aprendidos en las logias. Además, es cierto que la Francmasonería tiene secretos, como también los tienen otro tipo de instituciones como bancos, partidos políticos o clubes de fútbol, cosa que no los convierte en sociedades secretas. Fundamentalmente, el secreto masónico afecta las formas de reconocimiento entre los masones y sus rituales.
¿Es la Francmasonería una religión?
No, la Francmasonería no es en ningún sentido una religión ni un sustituto de esta. La Francmasonería ni pretende cambiar la religión de aquel que llama a las puertas de una logia ni sustituirla por ningún tipo de pensamiento o ideología que, hipotéticamente, pudiese representar.
¿Es la Francmasonería atea?
No, no lo es. Cada masón es libre de creer en un dios o no creer en ninguno, profesar una religión o no, lo que no se hace es adorar, ni tener presente a ninguna divinidad dentro de sus talleres. De esta manera la religión y las creencias religiosas pasan a ser algo estrictamente particular de cada miembro.
¿Tiene algo que ver con el ocultismo o el satanismo?
Tampoco. La Francmasonería no tiene nada que ver con el satanismo, a pesar de que algunos estén obstinados en creer la farsa organizada por algunos durante los siglos pasados. Respecto al ocultismo, la Francmasonería nada tiene que ver con esto. Es cierto no obstante que, durante el siglo XVIII, siglo de la Ilustración, pero también de fantasías alquímicas y esotéricas, en la Francmasonería se introdujeron estas ideas por personas atraídas por el halo misterioso del “Secreto de la Francmasonería”.
Hoy en día, la pervivencia de todo este entramado fantasioso es prácticamente nulo, aunque aún perdura en ciertos motivos rituales y especialmente en una terminología pseudoesotérica utilizada por algunos francmasones, desprovista de todo contenido real. Además, como ya se ha dicho, la Francmasonería no es ninguna religión y el ocultismo y el esoterismo son, casi siempre, formas religiosas.
¿No es entonces la Francmasonería una sociedad iniciática?
Sí y no. Si entendemos por sociedad iniciática una sociedad en la que para entrar hay que pasar por cierto ritual, que incorpore además escalones de progreso por los que sus miembros van pasando y que contienen cierta enseñanza, entonces sí lo es.
Si se entiende por sociedad iniciática una sociedad que preserva o tiene una “sabiduría oculta”, que transmite una “Tradición Primordial”, o que imparte a través de sus rituales un cierto carisma, o cierta virtud o un poder, decididamente no. La Francmasonería no preserva ningún saber especial, oculto, “tradición primordial” ni ningún otro tipo de poder.
¿Y cuál es el objetivo político de la Francmasonería?
Estamos ante otro tópico. La Francmasonería no tiene ningún objetivo político, ni actuaciones políticas. Cosa que no impide que sus miembros tengan vida política (como ha sido el caso históricamente). A pesar de ello, por poco que se conozcan, es sabido que las actividades políticas llevadas a cabo por masones han representado un amplio espectro político, que abarca desde posiciones conservadoras hasta posiciones de izquierda, cosa que imposibilita pensar en una mano rectora detrás de ellas.
¿Qué son los grados masónicos?
En Francmasonería los miembros están divididos por grados o, dicho de otro modo, de distintos niveles de progreso y compromiso, obligaciones y derechos. Cada grado se suele distinguir del resto por un determinado ritual, por unos signos de reconocimiento y por una lección moral específica a cada uno.
¿Cuántos grados hay?
La antigua y pura Francmasonería solo reconoce tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro Masón. Con el tiempo, y motivado en gran parte por la confusión que se introdujo en la expansión por el continente europeo en el siglo XVIII, aparecieron nuevos grados o nuevos sistemas de grados que pretendían ser la culminación del camino emprendido por el francmasón después de su entrada en logia como aprendiz. Muchos de estos sistemas aún subsisten en la actualidad. Por ello se pueden leer u oír cosas como “grado 33” o “grado 18”, que pertenecen a sistemas de aparición tardía en la Francmasonería.