Este texto podría haberse titulado «El largo camino de la mujer, y punto». Porque la evolución de las mujeres en la francmasonería no es realmente diferente de la de las mujeres en nuestras sociedades.
Pero estamos en FM, y nuestra historia como Hermanas es un poco especial, reveladora de la dificultad de emanciparnos de los condicionamientos de las iglesias y del papel convenido atribuido a la mujer durante siglos.
Imagino que algunos de vosotros estaréis pensando «¿para qué hablar del largo camino de la mujer en la FM, si es un tema resuelto, o un tema cerrado? Hace tiempo que en Europa todo el mundo es libre de trabajar en una logia mixta, femenina, masculina o sin género».
Es cierto -y yo pensaba lo mismo- pero luego recordé
- que me comprometí con una Hna:. de nuestra obediencia hace aproximadamente un año a trabajar sobre el tema; (¡es un trabajo en curso!)
- que un Hno:. americano me explicó con toda seriedad que era imposible que yo fuera una FM porque soy mujer, pero no encontró nada que objetar cuando le llamé mi Hno:. ;
- que hace mucho tiempo trabajé en una obediencia mixta donde a las Hnas:. se les llamaba «mi Hno:.», y que en su momento no me chocó
- y por último, simplemente creo que no debemos olvidar de dónde venimos, quiénes somos, para quizás arrojar un poco de luz en el camino hacia el futuro.
Lo que nos define, a nosotras Hnas:., no es evidentemente tanto nuestro género como muchos otros elementos que conforman nuestra identidad, nuestra diferencia y lo que podemos aportar al progreso de la humanidad con y junto a nuestros Hnos:. No siempre ha sido así, como nos enseña la historia de esta vía masónica femenina.
Hablaré brevemente de las mujeres en la época operativa, de la masonería que se ha llamado «de adopción» o «de señoras», de la emergencia de la emancipación con Maria Desraimes y sus hermanas con el Droit Humain y luego de la creación de la Gran Logia Femenina de Francia.
En primer lugar, un poco de historia. Desde la Edad Media, las mujeres han estado presentes en el mundo del trabajo. La mayoría de las veces trabajaban en profesiones estrictamente femeninas, pero también en gremios [guildes] mixtos, aunque no tuvieran los mismos derechos que los hombres. Podían dirigir un gremio estrictamente femenino como [prud’femme], pero siempre bajo la supervisión de un [prud’homm], que la guíaba y, sobre todo, la vigilaba. He dicho gremio, no masonería.
La imagen de las mujeres en la Edad Media y después era ambigua: eran a la vez esposas y madres universales, pero también las que corrompen a los hombres. La Iglesia nunca dejó de reforzar esta imagen de la naturaleza demoníaca de la mujer, había que someterla a la autoridad del padre o del marido para protegerse.
Por supuesto, si la mujer [prud’femme] de que hablamos era la esposa del maestro artesano y éste moría, podía ocupar el puesto de su marido, siempre que no se hubiese vuelto a casar con otro artesano interesado en el cargo !
¿Por qué he mencionado la situación de la mujer en estos gremios lejanos? Porque este principio de la tutela de la mujer por el hombre ha tenido una vida muy, muy larga en nuestros países occidentales.
Voy a dar un gran salto en la historia hasta el nacimiento de la FM especulativa. El pastor Anderson, en sus constituciones de 1723, lo dice muy claramente: «Las personas admitidas como miembros de una Logia deben ser hombres buenos y leales, nacidos libres y de edad madura y discreta, ni siervos, ni mujeres, ni hombres inmorales y escandalosos, sino de buena reputación». En la 2ª edición de las constituciones en 1738, está escrito «[en el momento de su admisión] El FM debe tener un cuerpo robusto y sano, sin deformidades ni mutilaciones. Ni eunucos, ni mujeres».
No hay discusión posible … y sin embargo …
Estamos en pleno siglo XVIII. En el siglo anterior, Inglaterra abolió la monarquía absoluta y estableció una monarquía parlamentaria. Filósofos como Locke desarrollan la idea de la libertad en lugar de la sumisión a Dios y a un orden establecido. Esto inspiró a Montesquieu, que se inició en una logia londinense. Durante este periodo de apertura, nacen los Gentlemen’s Clubs, donde nobles y burgueses discuten y filosofan sobre el estado de la sociedad y del mundo, al tiempo que se estrechan los lazos entre hombres. Algunos autores afirman que los nobles y burgueses, debilitados por la revolución de 1688, se replegaron sobre sí mismos y vieron en las mujeres una amenaza a su masculinidad. Tal vez fuera así, o no.
El propio Ramsay advirtió del riesgo perturbador que suponía la presencia de las mujeres en las Logias debido a su poder de seducción. Me parece haber oído esto en el siglo pasado …
Las mujeres, dependientes de un padre o de un marido y ausentes de la esfera pública, estaban excluidas de estos círculos elitistas. Aunque los masones ingleses incluían a sus esposas en sus actividades sociales (conciertos, teatros, etc.) y les daban voz, la puerta de las logias les estaba cerrada. Sin embargo, algunos autores afirman que en Inglaterra, en el siglo XVIII, existía una masonería de adopción e incluso logias puramente femeninas.
¿Qué ocurre en Francia en la segunda mitad del siglo XVIII? Se despiertan las conciencias y se rechaza la monarquía absoluta. Surgen nuevas ideas, es el advenimiento de la Ilustración, preludio de la revolución de 1789. La masonería existe desde los años veinte y lleva consigo todas las opiniones de su época.
Hace mucho que las mujeres aristócratas cultas reúnen a las mentes contemporáneas más brillantes en sus salones literarios, tanto hombres como mujeres, incluidos por supuesto FFMM. Así que no es de extrañar que surgiera la necesidad de encontrar un camino masónico específico para las mujeres. Esto se conoce como «Masonería de Adopción» o «Masonería de Damas», con su propio rito y reglas. Fueron estas mujeres aristocráticas o de la burguesía las que se unieron a estas nuevas logias.
Fueron creadas por Logias masculinas y puestas bajo su tutela, los Oficios eran dobles, ocupados por un Hno:. y una Hna:. Aunque aparentemente algunas Hnas:. no tardaron en liberarse de esta protección y tutela masculina.
El rito de adopción no se basaba en la tradición operativa de la construcción, de la que se excluía a las mujeres, sino en los mitos bíblicos:
- la Torre de Babel en 1er grado
- El Jardín del Edén en el 2º grado, donde comer la manzana era una invitación a progresar por el camino del conocimiento.
- y el diluvio en el 3er grado
Los símbolos más utilizados eran el Árbol del Conocimiento,el Arca de Noé y la Escalera de Jacob.
No nos equivoquemos, había tantos partidarios de la emancipación de la mujer entre las FFMM como protectores del statu quo.
Una figura masónica femenina destaca claramente por su carácter precursor, progresista e innovador en la época, la de Olympe de Gouge, de quien conocemos una de las famosas fórmulas: «La mujer tiene derecho a ir al cadalso; también debe tener derecho a ir a la Tribuna». Fue una de las primeras activistas anti esclavistas, autora de la declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, y partidaria de abolir el matrimonio patriarcal y sustituirlo por un contrato social entre hombre y mujer.
La adopción masónica en el siglo XVIII se desarrolló en Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Polonia y los países bálticos. Según lo que he leído, no fue hasta el siglo XIX cuando apareció en España.
En Francia, sin embargo, la Revolución y el Terror de 1793 afectaron profundamente a las logias masónicas. Muchos talleres cesaron su actividad y muchos aristócratas abandonaron el reino, volvieron al anonimato o fueron ejecutados.
No obstante, la masonería de adopción continuó bajo el Imperio y gozó de gran éxito, según se dice, debido al poder de atracción de las personalidades que la encarnaban y dirigían y a las suntuosas fiestas que organizaba.
Sin embargo, cayó lentamente en desuso hasta finales del siglo XIX y principios del XX.
Tengo un pequeño panfleto anti masónico que es una mina de oro de información si quieres «darle la vuelta». Dice que desde finales del siglo XIX, Hnos:. expresaron la necesidad de atraer a “docentes y mujeres» para cambiar la sociedad, alejar a las mujeres de la influencia de la Iglesia y educarlas moralmente para que pudieran luego transmitir los nuevos paradigmas a sus hijos.
Estas ideas fueron el motor de las logias de adopción del principio del siglo XX, siempre controladas por las logias masculinas.
La representación de la mujer en el rito de adopción puso de relieve virtudes que durante mucho tiempo se habían considerado específicamente femeninas. La evolución de las ideas, el nuevo protagonismo de las mujeres condujo al rechazo de esta visión. A finales del siglo XIX, las mujeres se atrevieron por fin a emanciparse de ella. Iniciada en 1882, Maria Deraismes esperó 10 años antes de fundar el Droit Humain con Georges Martin y otras 14 mujeres que luchaban por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la promoción de los derechos de la mujer y los de las mujeres embarazadas y los niños. Eran periodistas, escritoras, docentes o científicas, y exigían el pleno derecho a trabajar en pie de igualdad con sus esposas.
Mientras, las logias de adopción siguieron existiendo hasta 1959. Sin embargo, la tutela por parte de las logias masculinas no fue muy eficaz en el siglo XX. Tras obtener su independencia, Hnas:. fundaron La Gran Logia Femenina de Francia en 1952, y continuaron trabajando en el Rito de Adopción, que fue abandonado en 1958 a favor del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Parece que sigue habiendo una logia en la GLFF que sigue practicando el rito de adopción, pero no sé si todavía existe.
Desde 2010, el Gran Oriente de Francia permite a las logias que lo deseen iniciar a mujeres.
Por tanto, la página de la masonería de adopción está cerrada, pero no por ello deja de formar parte de nuestra historia. Para algunos autores, la masonería de adopción era demasiado frívola, para otros es una parodia de la FM, o una FM paralela. ¿Era necesario un rito específico para las mujeres ? Podemos seriamente ponerlo en duda en el siglo XXI, pero no pongamos gafas de hoy para analizar los siglos pasados.
Por último, otros la ven como un entorno privilegiado, precursor de la mixticidad, que permitía a hombres y mujeres trabajar juntos y superar el muro de las convenciones sociales. Observé que una logia de adopción del siglo XIX había trabajado sobre el tema de los niños abandonados. No era tan frívola …
Si nos atenemos a las estadísticas, el mundo de la FM sigue siendo mayoritariamente masculino, sin duda por el peso de Estados Unidos. Personalmente, me cuesta entender por qué ciertas obediencias siguen respetando la letra de las Constituciones de Anderson y se privan así de la riqueza de trabajar entre Hnos:. y Hnas:. al el progreso de la humanidad. Los retos del mundo actual son muchos tal vez únicos, y requieren la contribución de Hnos:. y Hnas:. sin distinción de ningún tipo, y por supuesto tampoco de género.
La tolerancia, la comprensión mutua y la fraternidad no tienen género, ¡aunque sean palabras femeninas!
Termino con nuestra S:. Louise Michel: No hay hombres y mujeres, hay humanidad.