sugarcubes_masonería

En 1986, mientras me encontraba en la universidad, en Islandia surgió un grupo calificado por algunos de post punk y por otros de rock alternativo. Personalmente no soy muy amante de las etiquetas y menos musicalmente, aunque he de reconocer que el grupo era fantástico les calificaran como les calificaran. En mi caso, siempre les consideré los punkis islandeses, por el timbre característico de la voz de su líder y esa forma suya de cantar, tan a contratiempo. Se llamaban The sugarcubes, los terrones de azúcar. Con el lanzamiento de su segundo sencillo “Birthday” de su primer álbum “Life’s too Good”, The sugarcubes alcanzaron reconocimiento internacional, cosechando muy buenas críticas de los dos países que lideraban en aquel momento el panorama musical internacional, fuera de los circuitos clásicos, como eran Gran Bretaña y EEUU.

A principios de los años 90, el grupo se disolvió y su jovencísima líder emprendió en solitario una nueva etapa. Seguramente todos la conoceréis, se trata de Björk que, con su segundo álbum publicado en 1993, “Debut”, puso a Islandia de manera irrefutable, dentro del mapa musical internacional, abriendo camino para las nuevas generaciones de músicos en su país.

Desde ese momento, siempre he mirado de reojo hacia Islandia para saber qué clase de músicos, compositores o intérpretes, seguía dando. Las nuevas generaciones de compositores que han ido apareciendo, independientemente del género musical que abarcaran, no han decepcionado en absoluto, siendo generalmente aclamados por la crítica internacional.

Hoy he escogido, para adornar la columna de la armonía, a uno de esos compositores nacido en Mosfelbaer (Islandia) en el año 1986, justo cuando The sugarcubes iniciaban su andadura.

Se trata de Ólafur Arnalds, que a sus 35 años está considerado ya, como uno de los grandes dentro de la corriente musical llamada minimalista. Para aquellos que estéis interesados, actuará en Barcelona el próximo 10 de diciembre en el Auditorio Fórum, ya tengo mi entrada preparada…

Ólafur Arnalds, además de pertenecer a esa segunda generación de compositores islandeses, también pertenece a la segunda generación de músicos minimalistas, encabezados por nombres tan reconocidos como Michael Nyman, Philip Glass o Wim Mertens.

La música minimalista es una corriente musical contemporánea surgida en EEUU en los años 60 del pasado siglo. Inicialmente se consideró una corriente underground, pero con el paso de los años, ha pasado a casi considerarse la música “culta” contemporánea, y pongo entrecomillada “culta” porque hay discrepancias al respecto. Se caracteriza básicamente por frases musicales cortas y simples que van repitiéndose y superponiéndose unas a otras, con mayor o menor intensidad y en diferentes tonos y escalas. Muchas de estas melodías llegan incluso a componerse con algoritmos matemáticos. Surgió como contrapunto a la música electrónica popular incipiente en aquellos años, mucho más barroca por decirlo de alguna manera, aunque  en la música minimalista también es muy común la inclusión de sintetizadores y samplers. De hecho, hoy ya hemos escuchado alguno.

Ólafur Arnalds, no será el único representante de esta corriente musical, ni siquiera será el único compositor islandés que escucharemos durante este curso.

Compositor siempre, interprete, productor y arreglista de la mayoría de sus temas y álbumes, hemos escuchado en la entrada la pieza “New Grass” del álbum “Some kind of peace”.

En el encendido de luces, la pieza “Reminiscence” del álbum “The Chopin Project”, acompañado por la virtuosa pianista Alice Sara Ott.

En el momento de la firma de actas hemos escuchado la versión coral de la pieza “Momentary”, incluida en el álbum “Calm Classics”, acompañado por el grupo coral Voces8.

Del álbum “When we are born” he elegido dos piezas. La primera “Saudade” en los momentos de reflexión, y la segunda “Spiral” en el cierre de los trabajos.

El Saco de Proposiciones y el Tronco de la Viuda, han estado acompañados por el tema “Hapiness does not wait” en una versión remasterizada y publicada en 2021, pero compuesta en 2013 e incluida originalmente en el álbum “Erased Tapes Collection V”.

Para la salida del Templo, hemos escuchado la pieza coral “Raddir”, en su versión incluida en el video de presentación del videojuego “Halo Infinite”, lanzado en el año 2021 para XBOX y que le valió una nominación en los Grammy de 2021. Este videojuego es una secuela de diferentes “Halos” al que por lo visto también he jugado en aquellas épocas en las que mi hijo, con más o menos 12 años, necesitaba un competidor ante el que sentirse vencedor…Fue precisamente él, quien al escuchar el tema lo reconoció y me advirtió de su inclusión en este videojuego. En esta ocasión las voces van a cargo de la South Iceland Chamber Choir, la versión original fue publicada en 2016 en el álbum “Island Songs III”.

Nota: Como siempre, os dejo el enlace a la lista de reproducción completa, en el orden que han sonado en tenida, donde se incluyen más temas compuestos por Ólafur Arnalds que no querría llamar descartes, simplemente no ha habido más espacio en tenida para que las pudierais escuchar, y que os pueden servir para crear otros escenarios musicales en Tenida.https://music.amazon.es/user-playlists/571dd0480dc646ebb65f5a297d8ac878eses?ref=dm_sh_VQHPgerTlbhq2NeoVNZv6egjr

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